Cómo funciona

El agua es un fluido excelente para enfriar mientras está en estado líquido, pero cuando el agua se convierte en vapor, prácticamente no tiene capacidad de transferencia de calor. Evans es un fluido superior para transferir calor en motores porque permanece en estado líquido hasta por encima de 180 °C. Este artículo detalla los beneficios de un punto de ebullición significativamente más alto.

Dentro de un sistema de enfriamiento del motor, las superficies más calientes son las adyacentes a la cámara de combustión, específicamente las camisas de los cilindros y la culata. En estos puntos calientes, es probable que el agua se vaporice, lo que impide una refrigeración eficiente y provoca una pérdida de rendimiento y daños innecesarios en el motor (ver limitaciones físicas del agua). Cuando el refrigerante falla de esta manera, el motor se calienta aún más, lo que provoca más puntos calientes y más vapor.

La ICC es sinónimo de la condición de Salida de la Ebullición Nucleada (DNB). Cuando se produce DNB en un sistema de refrigeración del motor, se forma una película de burbujas de vapor adyacente a los puntos calientes del motor (B en la Fig.1). Esto también se conoce como ebullición de película. Debido a que el vapor disipa menos de 1/30 del calor que el agua, las temperaturas locales de los metales se sobrecalientan rápidamente. Esto conduce a un círculo vicioso de sobrecalentamiento.

Los refrigerantes sin agua de Evans no hervirán alrededor de estos puntos calientes del motor, lo que mantiene un rendimiento de enfriamiento eficiente incluso cuando el motor se somete a condiciones extremas. Cuando el agua se convierte en vapor, presuriza el sistema de refrigeración, ejerciendo presión sobre las mangueras y otros componentes. El punto de ebullición significativamente más alto de los refrigerantes Evans significa un 75% menos de presión que el agua, lo que resulta en un sistema de enfriamiento menos estresado.

El agua contiene oxígeno, lo que provoca corrosión y también permite la actividad electrolítica, lo que daña aún más los metales del motor (ver limitaciones químicas del agua). Los refrigerantes sin agua de Evans eliminan la corrosión y la actividad electrolítica, lo que aumenta significativamente la vida útil del motor.